Para esta ocasión, el invitado fue el director de la Revista Elenco Diego León Giraldo, la cual circula con el periódico el Tiempo, los jueves. Lleva 13 años y medio de estar vinculado con el periódico, antes era redactor; también fue director de la Revista Aló. La revista nació hace un año y tres meses de
los cuales todos han sido exitosos.
Mucha gente piensa que el periodismo de entretenimiento es light, pero el invitado a la conferencia fue el encargado de hacerles entender a los asistentes, que este trabajo requiere del mismo esfuerzo y dedicación que otras ramas del periodismo, como el deportivo o el político. Hizo énfasis en que ellos tienen que consultar y contrastar fuentes valiosas, hacer trabajo de reportería, tomar nota y muchas fotos, hacer entrevistas y redactar noticias serias como lo hace cualquier periodista.
Más que una conferencia, se realizó un conversatorio dónde el personaje se dedicó básicamente, a responder las preguntas de gente, que por curiosidad o verdadero interés, les hacía.
En un punto del conversatorio, y en respuesta a la pregunta de un asistente, respondió y hasta hizo hincapié en que el periodismo de entretenimiento no era un producto social y que la intromisión en la vida de los personajes públicos, se hacía porque además de que a la gente le importa, la misma palabra lo dice, son públicos. Siguiendo en línea con el tema, mencionó también, que las personalidades de la farándula no tienen privacidad, que ellos mismos se encargan de vender su privacidad a cambio de atención y de fama, por tanto, se exponen a fotos, preguntas y expresiones de todo tipo.
La revista maneja unas políticas claras sobre el manejo de las fuentes, una de ellas es hacer que los personajes implicados hablen con el fin de tener siempre a la mano el testimonio de las fuentes primarias con el argumento de que los medios tarde o temprano se van a enterar de los escándalos y es mejor que ellos mismos den la cara y cuenten las cosas antes de que se forme un chisme mayor, siendo los personajes, los directamente afectados. De este ejemplo se revoloteó mucho con el tema de la separación de Robinson Díaz y su esposa, por un escándalo con la actriz Sara Corrales; el artículo fue un testimonio claro y sincero de su protagonista, Adriana Arango.
A pesar de las preguntas de la gente, él siempre recalcó que la industria del entretenimiento es un negocio y que lo que se quiere es ganar rating y muchos lectores por lo que
los hechos más escandalosos son los que más venden. Mencionó también que Colombia es un país chismoso y que la compra de revistas de farándula lo demuestra.
Una de las contradicciones que se presentó, sirvió para plantear temas como el desvío de la información importante, con temas de entretenimiento. Se habló de que la vida intima de personalidades lo que hacía era desinformar y desviar la atención de la sociedad hacia temas de menor relevancia que volvía a la gente en seres indolentes de las problemáticas que les competen.
Si las revistas de entretenimiento existen y se venden es porque a mucha gente le interesa el tema; lo que hay que dejar claro es que estas temáticas no deben ocupar el 100% de las vidas humanas, primando ante los problemas políticos, económicos y sociales.
Mucha gente piensa que el periodismo de entretenimiento es light, pero el invitado a la conferencia fue el encargado de hacerles entender a los asistentes, que este trabajo requiere del mismo esfuerzo y dedicación que otras ramas del periodismo, como el deportivo o el político. Hizo énfasis en que ellos tienen que consultar y contrastar fuentes valiosas, hacer trabajo de reportería, tomar nota y muchas fotos, hacer entrevistas y redactar noticias serias como lo hace cualquier periodista.
Más que una conferencia, se realizó un conversatorio dónde el personaje se dedicó básicamente, a responder las preguntas de gente, que por curiosidad o verdadero interés, les hacía.
En un punto del conversatorio, y en respuesta a la pregunta de un asistente, respondió y hasta hizo hincapié en que el periodismo de entretenimiento no era un producto social y que la intromisión en la vida de los personajes públicos, se hacía porque además de que a la gente le importa, la misma palabra lo dice, son públicos. Siguiendo en línea con el tema, mencionó también, que las personalidades de la farándula no tienen privacidad, que ellos mismos se encargan de vender su privacidad a cambio de atención y de fama, por tanto, se exponen a fotos, preguntas y expresiones de todo tipo.
La revista maneja unas políticas claras sobre el manejo de las fuentes, una de ellas es hacer que los personajes implicados hablen con el fin de tener siempre a la mano el testimonio de las fuentes primarias con el argumento de que los medios tarde o temprano se van a enterar de los escándalos y es mejor que ellos mismos den la cara y cuenten las cosas antes de que se forme un chisme mayor, siendo los personajes, los directamente afectados. De este ejemplo se revoloteó mucho con el tema de la separación de Robinson Díaz y su esposa, por un escándalo con la actriz Sara Corrales; el artículo fue un testimonio claro y sincero de su protagonista, Adriana Arango.
A pesar de las preguntas de la gente, él siempre recalcó que la industria del entretenimiento es un negocio y que lo que se quiere es ganar rating y muchos lectores por lo que
Una de las contradicciones que se presentó, sirvió para plantear temas como el desvío de la información importante, con temas de entretenimiento. Se habló de que la vida intima de personalidades lo que hacía era desinformar y desviar la atención de la sociedad hacia temas de menor relevancia que volvía a la gente en seres indolentes de las problemáticas que les competen.
Si las revistas de entretenimiento existen y se venden es porque a mucha gente le interesa el tema; lo que hay que dejar claro es que estas temáticas no deben ocupar el 100% de las vidas humanas, primando ante los problemas políticos, económicos y sociales.
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